Castillo de Zorita

Castillo de Zorita

El castillo de Zorita de los Canes es, sin duda alguna, uno de los castillos más imponentes de la geografía alcarreña. Este se encuentra situado en lo alto de un alargado y pedregoso cerro, desde el que se divisa la antigua ciudad de Recópolis (www.recopolis.com) , construida por el rey visigodo Leovigildo para su hijo Recaredo, en el año 578, y de donde proceden muchas de las piedras que conforman sus fuertes murallas, hoy en día desmochadas.

Su importancia va ligada al valor estratégico que esta localidad tuvo en la Edad Media, ya que en esta pequeña población de la Alcarria se estableció la orden de Calatrava tras la batalla de Alarcos, perdida por los cristianos bajo el mando de Alfonso VIII en 1195, ante los almohades; hay que señalar que Zorita y su fortaleza pertenecían a esta orden desde que en 1174 se la entregara el rey Alfonso VIII; el mismo rey que en 1180 le otorgase fuero. Asimismo, Zorita fue cabeza de la denominada como Encomienda de Zorita. En el siglo XVI pasó a manos de la corona y en 1565, Felipe II vendía esta villa a Ruy Gómez de Silva y a su mujer, la Princesa de Éboli. Por entonces el castillo presentaba ya signos manifiestos de ruina, que se acrecentaron en los siglos siguientes. 

El origen de este castillo se remonta a la conquista árabe de este territorio, aunque hay vestigios de una construcción anterior visigoda. Comenzó  su construcción a finales del siglo IX, siendo emir de Córdoba Mohamed I. De la época árabe se conservan restos de murallas, en las que aparece su característica manera de construir de a soga y a tizón, varias torres y una de sus actuales puertas de acceso, la Puerta de Hierro, que conserva su arco de herradura. Tras su conquista, a finales del siglo XI, sufrió diversas ampliaciones, especialmente, por los caballeros calatravos,  como la construcción de un gran recinto amurallado exterior que rodeaba al pueblo, y una serie de modificaciones que se prolongaron hasta el siglo XVI, de ahí que nos encontremos elementos pertenecientes al románico (su iglesia), al gótico (sus arcos ojivales) y al renacimiento (bastión defensivo del siglo XVI). 

El recinto del castillo se expande a lo largo de un encrespado e irregular cerro, presentando un aspecto, todavía hoy, de inexpugnable fortaleza, que conserva varias de sus antiguas puertas que lo conectaban con la población y sus barrios. El acceso actual y por el que se entra al castillo tiene lugar por una puerta de esbelto arco ojival, gótico, que tapa otro de herradura, a la que se llega subiendo una escarpada y empinada cuesta, sobre ella aún se conserva una ventana con arco de medio punto.  Otro lugar de acceso es a través del valle del arroyo Bodujo, atravesando la puerta ojival de la torre albarrana, construida por Rui Díaz en 1280; en este lugar se encontraba un puente levadizo que permitía cruzar sin dificultad el amplio foso que daba acceso a la fortaleza.

Este se encontraba dividido en dos zonas, una religiosa y otra militar preparándose, como ya se pueden imaginar, para las dos actividades más importantes  a las que en esos momentos se dedicaba el hombre: a orar y a guerrear. Como principales elementos arquitectónicos de su interior nos encontramos, en la zona religiosa, con la iglesia románica del Priorato de San Benito, los enterramientos de caballeros calatravos y el corral de los condes. En el resto del reciento destacan diversas construcciones, algunas de ellas derruidas como un aljibe, la Sala del Moro, el bastión defensivo denominado como Torre del Espolón, la barbacana, el patio de armas, etc.

Los que se animen a visitar el castillo podrán admirar desde lo alto la magnífica vega que se encuentra bañada por el río Tajo. Sobre este se encuentra un derruido puente de piedra, construido en época califal y más tarde reconstruido en el siglo XVI. Fue un punto de vital importancia para cruzar el río, ya que había muy pocos puentes por donde atravesarlo desde esta zona al de Talavera, convirtiéndose por ello es una importante fuente de ingresos para la orden calatrava.

Y, por supuesto, nuestra recomendación: acercarse hasta las ruinas de Recópolis, ciudad visigoda construida de nueva planta.

Bibliografía básica para aquellos que quieran conocer algo más sobre este castillo:

AYALA MARTÍNEZ, La Orden de Calatrava: problemas de organización territorial y militar. Siglos XII-XIII. http://www.ujaen.es/revista/arqytm/PDF/R10_2/R102_5_Ayala.pdf.

HERRERA CASADO, Antonio. La Marca Media de Al-Andalus en tierras de Guadalajara.Wad-al-Hayara: Revista de estudios de Gudalajara, nº 12, 1985.

LAYNA SERRANO, Francisco. Castillos de Guadalajara, 3ª edición, Madrid, 1962, pp. 367-403.

PARDO FERNÁNDEZ, Alejandrina y VÁZQUEZ MADRUGA, Mª Jesús. Zorita, ayer y hoy. Guía Histórica, Monumental, Artística y Bibliográfica de Zorita de los Canes (Guadalajara), 1992.

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