El castillo de Pelegrina se alza sobre un elevado y estrecho promontorio rocoso cercenado por el río Dulce, divisando desde él todo su amplio valle. Fue construido entre los siglos XII y XIII, en el mismo lugar en el que hubo antes una torre vigía musulmana. Fue destruido durante la guerra de la Independencia por los franceses.
De planta exagonal, es alargado y estrecho. Sus gruesos muros de mortero y de sillarejos de piedra caliza se encuentran hoy en día muy deteriorados, presentado un estado general de ruina, pidiendo a gritos que se invierta en su reconstrucción o al menos en la consolidación de la parte de sus muros que aún permanecen en pie.
Lo que hoy en día podemos ver completo es uno de sus muros, con una altura de unos ocho metros y al que le falta sus almenas, lo mismo que a las tres torres cilíndricas que aparecen, dos en las esquinas y una tercera en el centro, todas ellas desmochadas. Frente a ellos, al otro lado del recinto, se encuentra otra parte del muro, en peores condiciones que el anterior. La torre del homenaje, de planta cuadrada, se situaba al norte y estaba cimentada sobre unas rocas; tenía dos pisos.
Sus puertas de entrada eran dos, una situada al sur, estaba defendida por dos torres, entre los que se situaba un arco de medio punto y otra, la principal, al norte, con forma de arco de herradura, estaba situada entre dos torres y contaba con un matacán defensivo.
En el centro del recinto había un pequeño patio con aljibe y en su entorno se levantaron estancias; asimismo, contó con una barbacana alrededor de este recinto.
Bibliografía:
LAYNA SERRANO, Francisco. Castillos de Guadalajara, 1962.
HERRERA CASADO, Antonio. Guía de campo de los castillos de Guadalajara, 2009.